sábado, septiembre 23, 2006

Sobre la libertad de expresión y otras consideraciones

Creo que era Kant quién afirmo que la libertad de cada uno termina dónde empieza la del otro. Cuestión fácil de dilucidar y llegar a un consenso al valorar actos que pretenden perjudicar, dañar o restringir los derechos, todo derecho incluido la integridad moral y física, a cualquier persona, pero no tanto cuando las cosas se mueven en un ámbito más etéreo.

Parece claro que el insulto, la amenaza o la ofensa gratuita entran de lleno en la definición kantiana y por lo tanto deben ser rechazadas de plano y entran directamente en el campo de lo penal, pero las cosas de complican cuando se refieren a cuestiones simbólicas o relativas a las señas de identidad que cada cual adopta para sí.

Ejemplos tenemos a porrillo en los últimos meses: la campaña sistemática de la COPE y medios aledaños contra Catalunya y los catalanes, la polémica con algunos representantes de la religión islámica a raíz de la publicación de una caricatura de Mahoma en un periódico austríaco, el veto a la obra de Pepe Rubianes en Madrid etc. Evito a propósito la mención a las palabras del Papa de Roma, dado que no soy ducho en aspectos teológicos y no profeso religión alguna.

Se han vertido ríos de tinta en estas discusiones por parte de filósofos, escritores y creadores de opinión mucho más autorizados que yo y sería pretencioso por mi parte añadir algo más.

De todas esas opiniones me quedo con la que distingue entre libertad de expresión y la sensibilidad . No son valores equiparables: uno pertenece al ámbito de los derechos fundamentales públicos e irrenunciables y el otro al ámbito privado personal. Me adhiero a quienes otorgan la preeminencia a la libertad de expresión por encima de cualquier otro valor y rechazo cualquier tipo de censura o lo que es peor de censura autoimpuesta previa en cualquiera tema. Este derecho no contradice ni merma el del aludido a la réplica siempre que no reclame la restricción de mi propia libertad.

Todas estas reflexiones vienen a cuento de la polémica abierta en kayakonline sobre mi supuesta ofensa a Catalunya a raíz de haber escrito “Lo del perro no tiene perdón, pero aquí al lado se organizan peleas clandestinas de perros de presa. Y estoy hablando de la europea y muy civilizada Catalunya/Cataluña” .

No pienso rectificar de ninguna manera primero porque pienso que para considerar dicha alusión ofensiva hay que tener una susceptibilidad casi enfermiza y segundo porqué opino que en Catalunya prima demasiado una visión autocomplaciente de dicha sociedad por parte de su clase dirigente y de muchos de mis conciudadanos.

Ni de irónica y mucho menos de sarcástica la calificaría: pero bueno si alguien prefiere tildarla así le ruego que consulte las definiciones de dichos términos en un diccionario y verá que entre la ironía, el sarcasmo y la ofensa media un largo trecho que no creo haber recorrido en forma alguna. Los matices son importantes para encontrar el adjetivo adecuado.

Bueno, ese es mi parecer sobre el tema. Podriamos hablar de tolerancia, multiculturalidad, nacionalismos, religiones y otros temas relacionados pero esto complicaría la discusión ad infinitum. Creo que mi argumento ha quedado claro.

P.D.: Preferiria estar remando en el Ésera en Laga o en cualquier otro sitio a estar escribiendo el blog, pero como estos días no puedo hacerlo, me toca joderme :-(.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenas Karl,
estoy de acuerdo contigo en casi todo lo que escribes en este post.

La libertad de expresion está para que todos disfrutemos de nuestro derecho a elegir entre opinar de una manera similar o totalmente contraria a otra persona.

Entiendo que lo que tu querias decir en el foro era que "en todas partes se cuecen habas" y si es así estamos de acuerdo. En ningún momento veo que desprecies su opinion pero ellos si lo hacen con la tuya...

El que inicia el hilo hace una ofensa gratuita al pueblo gallego que es el mío. Pero no es eso lo que me ofende sino el intento de alimentar el odio entre pueblos.

Oscar dijo...

Ironía: "figura del discurso en la que se da a entender lo contrario de lo que se dice"
En el lenguaje escrito puede explicitarse con un signo de admiración encerrado en paréntesis, colocando la ironía entre comillas...
La intención es generalmente despreciativa o sarcástica, aunque el sarcasmo tiene una intención más agresiva.

Sarcasmo: burla malintencionada y descaradamente disfrazada, ironía mordaz y cruel con que se ofende o maltrata a alguien o algo.

Definitivamente pienso que no cometiste ni una cosa ni la otra.

El autor del hilo usa la peor forma del sarcasmo para descalificar a mi pueblo y eso me ofendió hasta el grado de equivocarme insultandolo; acepto mi fallo, pero ¿quien crees tú que provocó la situacion? Lo mismo pasó en tu caso...

Soy el anonimo de arriba (ayer no tenía mi ordenador/cookies).