Porqué existe aún el Río Ésera ?

La pregunta quizás os sorprenda a algunos, pero la respuesta es sencilla; gracias a al valor y constancia de un pequeño pueblo del Pirineo llamado Santaliestra y a la solidaridad, sabiduría y coraje de muchos otros que han colaborado en una lucha que, sin ningún tipo de falsa modestia, merece la calificación de épica.
El Pacto del Agua aragonés asumido posteriormente como parte del Plan Hidrológico Nacional elaborado por el Partido Popular, preveía la construcción de varios pantanos: Jánovas en el Ara, Biscarrués en el Gállego, Santaliestra en el Ésera, recrecimiento de Yesa y varios otros en la parte derecha del Ebro. Fuera de dicha comunidad otros como Itoiz o Rialp ya estaban en construcción y, por desgracia, han llegado a realizarse.
El de Santaliestra proyectado apenas unos cientos de metros antes del pueblo hubiera inundado toda la parte del Ésera desde dicho pueblo hasta casi Campo, lo cual complementado con algunas minicentrales hidroeléctricas más abajo hubiera reducido a uno de los ríos más hermosos de la Península en un hilillo de agua con un caudal que aún hubieran tenido la desfachatez de llamar ecológico.
A pesar de los informes geológicos contrarios, incluso de técnicos del propio ministerio, el Ministerio de Medio Ambiente entonces presidido por la inefable Isabel Tocino se empeñó en su construcción, contando, claro está, con la colaboración de la Confederación Hidrográfica del Ebro.
Detrás de esa construcción, teóricamente diseñada para abastecer el sistema de riego del Canal de Aragón y Cataluña, había otros intereses menos confesables: hidroeléctricos, de las constructoras cuyos lazos económicos con la CHE eran inextricables.
Han sido muchos años de dura lucha social, judicial y política; incluyendo la toma del pueblo y la subsiguiente somanta de palos por parte de los GAR (grupos antidisturbios rurales) de la Guardia Civil. Otro hito lo marcó la anulación por parte de la Audiencia Nacional del proyecto de pantano y el procesamiento de algunos cargos por delitos de prevaricación y falsedad en documento público. Entre ellos Benigno Blanco, ex director de los servicios jurídicos de Endesa, ex subsecretario del Ministerio de Medio Ambiente y del Ministerio de Fomento y Obras Públic